Poco
después de que Peter se marchara del hotel, Lali volvió a su apartamento,
aturdida. Benjamín la esperaba.
Benja:
Lali, por favor, tenés que decirme qué sucede. ¿Alguien ha hecho daño a tu
hija?
Lali:
No- murmuró- No lo sé, no puedo decirte nada.
Benja:
Sentate- insistió, rodeándola con su brazo- Y contame todo, en pocos minutos
Lali le contó la historia- ¿Y Peter te dejó aquí para que sufrieras sola?-
preguntó, sorprendido- ¿No tenés idea de lo que le esté pasando a tu propia
hija y tienes que confiar en que él la recupere de manos de su ex amante?
Lali:
Sí- respondió con impotencia- Peter dijo...
Benja:
¿Y desde cuándo dejas que otra persona dirija tu vida? ¿Acaso no preferirías
estar con tu hija y no aquí, sin saber nada?
Lali:
¡Sí!- exclamó, poniéndose de pie- Por supuesto que si.
Benja:
Entonces, vámonos. Partiremos de inmediato.
Lali:
¿Los dos?
Benja:
Si- dijo, tornándola de la mano- Somos amigos, y los amigos deben ayudarse en
las desgracias.
Sólo
más tarde, cuando iban en el coche rumbo al sur, hacia la plantación de Peter,
Lali se percató de que no había dicho a nadie adonde iba. Sin embargo, no pensó
mucho en eso, pues estaba demasiado preocupada por la seguridad de su hija. Viajaron
durante varias horas. El coche iba demasiado despacio para el gusto de Lali y en
un momento se adormeció. Despertó abruptamente cuando Benjamín le tocó el
brazo. Estaba de pie en el suelo, a su lado, el coche se había detenido.
Lali:
¿Por qué nos detenemos?- Benjamín la hizo bajar del coche.
Benja:
Necesitas descansar y tenemos que hablar.
Lali:
¡Hablar!- exclamó- Podemos hablar más tarde y no necesito descansar- trató de
apartarse de él, pero Benjamín la sostuvo con firmeza.
Benja:
Lali, ¿sabes cuánto te amo? ¿Sabías que hace mucho tiempo me enamoré de ti en Inglaterra?
Tu tío me ofreció dinero y yo lo acepté, pero me habría casado contigo sin el incentivo
del dinero. Eras tan dulce e inocente, tan encantadora...
En su
aflicción, Lali no reparó en que se hallaba sola con aquel hombre en medio de
un bosque apartado.
Lali:
¡Oh, por todos los cielos, Benjamín! ¿Qué he hecho para que me creas tan
imbécil? Nunca me amaste y nunca me amarás. Lo único que quieres es mi dinero,
el cual no vas a conseguir. Entonces, ¿por qué no te portas como un buen
muchacho, vuelves a tu pobre y bonita casa en Inglaterra y me dejas en paz?
En un
abrir y cerrar de ojos, Benjamín la golpeó y la muchacha cayó de espaldas
contra el carruaje.
Benja:
¿Cómo te atreves a hablarme así? Mi familia desciende de reyes, mientras que
tus antepasados han sido simples mercaderes. El hecho de que tenga que
rebajarme a casarme con una mujer como tú, que sabe más de libros contables que
de encajes, es...
Mientras
Benjamín hablaba, Lali comenzó a recuperarse. Mucho más importante que sus
problemas con Benjamín era su preocupación por Jenifer. Aún de rodillas por la
caída, acometió contra él y le dio con la cabeza justo entre las piernas.
Benjamín quedó doblado en dos por el dolor y Lali aprovechó para escapar.
Echó un
vistazo al coche y vio que Benjamín había desenganchado los caballos lo
suficiente para que no constituyera un medio rápido de fuga. Se levantó las
faldas y echó a correr de regreso al camino. Justo a tiempo, vio una vieja y
ruinosa carreta que desaparecía en una curva. Recurrió a todas sus energías
para alcanzarla. La conducía un anciano de grandes patillas grises.
Lali:
¡Me persigue un hombre!- le explicó, corriendo a la par de la carreta.
-¿Y
debe atraparla?- preguntó el viejo, obviamente divertido por la situación.
Lali:
¡Quiere obligarme a casarme con él, porque quiere mi dinero! ¡Pero yo quiero
casarme con un americano!
El
patriotismo decidió al hombre. Sin siquiera aminorar la marcha, aferró el brazo
de Lali y la subió a la carreta como si no pesara nada. Con otro movimiento
rápido la ubicó en la parte trasera y la cubrió por completo con sacos de
cereales.
Segundos
después apareció Benjamín a caballo, y Lali contuvo el aliento al oír su voz.
Por un momento, el viejo fingió ser sordo, y se negó a que Benjamín revisara la
carreta, cuando insistió, el hombre desenfundó una pistola. Finalmente admitió
a regañadientes haber visto pasar a tres hombres, uno de los cuales llevaba a
una mujer bonita, Benjamín partió en medio de una nube de polvo.
-Ya
puede salir- dijo el viejo, mientras tomaba el brazo de Lali y la hacía pasar
al asiento.
La
muchacha se frotó el brazo y contuvo los deseos de pedirle que dejara de
tratarla como si fuera uno de sus sacos de cereales. Estornudó varias veces y
luego preguntó al hombre si sabía dónde estaba la plantación Lanzani
.
-Es
muy lejos, son varios días de viaje.
Lali:
No si cambiamos de caballos y viajamos toda la noche. Le pagaré los caballos y
todos los gastos- el hombre la observó unos minutos.
-Tal
vez podamos hacer algo. La llevaré lo más deprisa posible si me dice por qué la
perseguía ese inglés y para qué busca a Peter. ¿O es a León a quien busca?
Lali:
Le contaré todo y Peter es mío.
-Señorita,
no tendrá tiempo para aburrirse- comentó el viejo, riendo entre dientes y azuzó
a los caballos para que se movieran.
En
pocos segundos avanzaban por el camino a toda velocidad. Lali se sostenía con
ambas manos y los dientes le castañeteaban constantemente. No podía hablar ni
contar ninguna historia. Una hora más tarde el viejo detuvo la carreta, se apeó
y la ayudó a bajar.
Lali:
¿Qué hace?
-Iremos
en bote, la dejaré en la puerta misma de Peter
Caminaron
más de un kilómetro hasta llegar a una cabaña y a un muelle, sobre un angosto riacho.
El hombre entró a la cabaña y volvió con un saco de lona.
-Vámonos-
dijo y la subió a un bote tan ruinoso como la carreta. Una vez que se pusieron
en marcha, el viejo dijo- Ahora hable.
Días
más tarde, el hombre dejó a Lali en el muelle de la plantación de Peter, donde
se despidió de ella y le deseó buena suerte. Era temprano por la mañana y la
plantación estaba en silencio mientras Lali corría hacia la casa.
La
puerta estaba abierta y Lali subió la escalera rezando por que Peter y Jenifer estuvieran
durmiendo en una de las habitaciones. Empezó a abrir una puerta tras otra, maldiciendo
a la casa por ser tan grande y hacerle perder tanto tiempo. Lo encontró en el
dormitorio, apenas se le veía el cabello por encima de la sábana.
Lali:
¡Peter!- exclamó, corriendo hacia él- ¿Dónde está Jenifer? ¿Está bien? ¿Cómo pudiste
dejarme sin saber nada y quedarte aquí, durmiendo tan plácidamente?- preguntó, dándole
un fuerte tirón de orejas. El hombre que se incorporó en la cama no era Peter.
León:
Dime, ¿qué ha hecho mi hermano ahora?- preguntó con fatiga, frotándose la
oreja, pero al mirar a Lali sonrió- Vos debes de ser Lali. Déjame presentar...
Lali:
¿Dónde están Peter y mi hija?- León se puso serio de inmediato.
León:
Dime qué ha pasado.
Lali:
Belén Chavanne secuestró a nuestra hija y Peter fue tras ella.
Sin
darle tiempo a nada, León echó a un lado las mantas que lo cubrían, sin
importarle su desnudez y empezó a vestirse
León:
Siempre le dije a Peter que Belén era perversa pero él creía deberle algo y
siempre la consentía. Ella cree que puede conseguir cualquier cosa en el mundo,
que todo le pertenece por derecho. Ven conmigo- dijo, tomándola de la mano.
Lali:
Te pareces a Peter-
León:
No es momento para insultos- respondió. León la dejó en la puerta de la
biblioteca mientras cargaba dos pistolas y se las ponía en el cinturón- ¿Sabes
montar? No, Peter dijo que no sabías. Ven, puedes ir delante de mí. Los dos juntos
no llegamos a pesar tanto como Peter
.
Si
hubiera tenido tiempo y animo, a Lali le habría desagradado mucho el hermano
menor de Peter. ¿Cómo podía haber dos hombres tan parecidos? Y en uno o dos
años más, León seria tan grande como su hermano.
León:
Yo soy León- se presentó, mientras la ayudaba a montar.
Lali:
Eso supuse- respondió y de inmediato partieron a todo galope- Al llegar a casa
de Belén, León la ayudó a apearse.
León:
Entraremos por separado. Recuerda que estaré cerca de ti.
Lali
entró por la puerta del frente, en un momento encontró a Belén sentada en la biblioteca.
Belén:
Justo a tiempo- dijo, con una sonrisa, pero tenía los ojos enrojecidos- Sos la tercera
visita que he tenido esta mañana.
Lali:
¿Dónde está mi hija y dónde está Peter?
Belén:
La pequeña y querida Jenifer está durmiendo, igual que su amado padre. Claro
que Jenifer despertará, pero Peter, no.
Lali:
¿Qué?- gritó- ¿Qué has hecho con mi familia?.
CONTINUARÁ...
@iamlaliter
Mañana último capitulo!! con final abierto pero lindo!!
Y tambien mañana novedades sobre la proxima novela y cuando
comenzare a publicarla.