CAPITULO 66
Por
primera vez, Lali reparó en que su hija había sido excluida de las notas y las
rosas. Recordó que en la habitación de Jenifer no habían encontrado ninguna
nota. Sentó a su hija sobre su regazo.
Lali:
Supongo que papá quiere que me case con él, y sabe que adonde yo vaya irás tú
también.
Jeni:
¿No quiere casarse también conmigo?
Lali:
Quiere que vivas con él, de hecho, creo que al menos la mitad de las rosas son
para ti, para que vos también vayas a vivir con él.
Jeni:
¡Ojalá me enviara rosas! Mario Watts dice que papi sólo te quiere a ti y que
cuando ustedes se vayan, yo tendré que quedarme aquí con Cande.
Lali:
¡Eso es una maldad! ¡Y no es cierto! Tu papá te quiere mucho. ¿No te habló del
pony que compró para ti y de la casa que construyó en el árbol? Y eso fue antes
de conocerte. Imagina lo que hará ahora que sabe quién sos.
Jeni:
¿Crees que a mí también me pedirá que me case con él?- Lali no supo responder a
eso.
Lali:
Cuando me lo pide a mi, significa que también te quiere a ti- con un suspiro,
Jenifer se recostó contra su madre.
Jeni:
Ojalá papi viniera a casa. Ojalá nunca volviera a irse, y ojalá me enviara
rosas y me escribiera cartas.
Lali
acunó a su hija y le acarició el cabello, sintiendo su tristeza. ¡Cómo odiaría
Peter saber que había herido a su hija al excluirla! Tal vez al día siguiente
ella podría compensar el descuido de Peter. Tal vez pudiera encontrar algunas
rosas, si quedaba alguna en el estado después de los envíos de Peter y dárselas
a su hija... de parte de su padre.
Mañana,
pensó, y casi se estremeció. ¿Qué tendría Peter en mente para ese día? A la
mañana siguiente, Jenifer despertó a su madre. Traía un ramillete de rosas en
la mano.
Jeni:
¿Serán de papi?- preguntó a su madre.
Lali:
Puede ser- respondió, sin mentir en realidad, para dar esperanzas a la niña.
Ella había colocado el ramo esa mañana sobre la almohada de su hija.
Jeni:
No son de papi- dijo con gran desesperación- Vos las has puesto allí.
Las
arrojó sobre la cama y corrió a su cuarto. Pasó un momento hasta que Lali pudo consolar
a su hija, y ella misma llegó al borde de las lágrimas antes de que Jenifer se calmara.
Si tan sólo tuviera alguna manera de hacer llegar un mensaje a Peter para hablarle
de la angustia de Jenifer...
Cuando
al fin se vistieron distaban mucho de estar alegres. Se tomaron de la mano y juntas,
se prepararon para ir al encuentro de lo que hubiera planeado para ellas ese
día... y de Peter. Los salones de recepción estaban llenos de gente del pueblo,
pero como no había novedades, a menudo había un solo miembro por familia. Lali
evitó sus preguntas y mantuvo a Jenifer a su lado mientras supervisaba los salones
y se esforzaba por cumplir una rutina normal. Ya estaba cansada de ser ella
misma un espectáculo.
Para
el mediodía no había ocurrido nada nuevo y la gente, decepcionada, comenzó a marcharse.
El comedor estaba lleno pero no atestado, y Lali notó que Belén y Benjamín estaban
comiendo juntos, hablando tan de cerca que sus cabezas casi se tocaban. Lali frunció
el ceño y se preguntó qué tendrían que decirse.
Sin
embargo, no tuvo tiempo de pensar en nada más pues el ruido que provenía del vestíbulo
aumentaba cada vez más de tono e intensidad. Levantó los ojos al cielo, con ganas
de llorar.
Lali:
¿Qué habrá hecho ahora?- murmuró- Jenifer aferró la mano de su madre.
Jeni:
¿Será papi que viene a casa?
Lali:
Seguramente ha hecho algo- respondió y se encaminó a la puerta principal.
Al
salir del comedor, oyeron la música que empezaba a llenar el frente del hotel.
Más y más fuerte, se oía un sonido de caballos y carretas, y otros sonidos que
nunca había oído.
Jeni:
¿Qué es?- preguntó, con los ojos cada vez más abiertos.
Lali:
No tengo ni idea.
El
frente del hotel estaba lleno de gente, todos inmóviles, en sus sitios, en las
seis ventanas del frente y en la puerta abierta.
-¡Jenifer!-
gritó alguien, y de pronto todos se animaron.
-¡Es
un circo!
-¡Y
trae animales!
Repitieron
varias veces el nombre de Jenifer hasta que Lali logró hacer un lugar para ella
y para su hija en la galería delantera. Doblando la esquina de la escuela,
venían tres hombres con las caras pintadas, ropa de raso con lunares y rayas de
colores brillantes, que hacían todo tipo de cabriolas y saltaban el uno sobre
el otro. Sobre el pecho traían algo que parecían ser letras. Lali tardó un
segundo en descifrar la palabra debido a las acrobacias de los payasos.
Lali:
Jenifer, dice Jenifer- riendo, levantó a su hija en brazos y señaló,
entusiasmada- ¡Es para ti! Son payasos, y en los trajes llevan escrito tu
nombre, Jenifer.
Jeni:
¿Son para mí?
Lali:
¡Sí, sí, sí! Tu papá te ha enviado todo un circo y, si conozco a Peter, no es
un circo pequeño. ¡Mira! Allí vienen unos hombres haciendo pruebas sobre
caballos.
Muy
asombrada, Jennifer observó a tres caballos, hermosos y de largas crines, que
se acercaban al galope. Sobre cada uno había un hombre: uno de pie, otro
montando y desmontando a saltos, tocando apenas el suelo con los pies, y el
último caballo parecía bailar. Como uno solo, se detuvieron en medio de una
polvareda y saludaron a Jenifer. La niña, con una amplísima sonrisa, miró a su
madre.
Jeni:
El circo es para mí- dijo con orgullo, mirando a la gente que estaba cerca de
ella- Mi papi me ha enviado un circo.
Detrás
de los payasos y los jinetes, llegó un hombre que caminaba sobre zancos, y
luego otro que traía a un osito negro con una cadena. Todo llevaba escrito el
nombre de Jenifer. La música sonaba cada vez con más intensidad a medida que la
banda se acercaba al hotel. De pronto, todos quedaron en silencio al ver doblar
la esquina a la criatura más grande y extraña que hubieran visto. Lentamente,
haciendo temblar la tierra con sus grandes patas, el animal y su domador se
detuvieron frente al hotel. El hombre desplegó un cartel al costado del animal:
"El Capitán John presenta al primer elefante traído a estos Estados Unidos
de Norteamérica, Y a petición especial del señor Peter Lanzani, esta enorme
bestia actuará para...
Lali
leyó el cartel para su hija, que se aferraba a ella con fuerza.
Jeni:
¡Para Jennifer!- anunciaba otro cartel.
Lali:
¿Qué te parece eso? Papá le envió un delante que actuará sólo para ti.
Por
un momento Jennifer no respondió, pero después de una larga pausa se acercó al
oído de su madre.
Jeni:
No tengo que conservarlo, ¿verdad?- susurró. Lali tuvo ganas de reír, pero
cuanto más pensaba en la pregunta de su hija y en el sentido del humor de
Peter...
Lali:
Sinceramente, espero que no- dejaron de pensar en el elefante en cuanto se alejó,
pues tras él venía un hermoso pony cubierto por un manto de rosas blancas con
el nombre de Jenifer escrito en losas rojas.
Jeni:
¿Qué dice, mami?- preguntó la niña, con esperanza- ¿Ese pony es para mí?
-Claro
que lo es- respondió una hermosa rubia que llevaba un traje muy revelador (escandaloso,
en realidad) de algodón elástico- Tu papá encontró para ti al pony más suave y
dulce de todo el estado y, si queres, puedes montarlo en el desfile
Jeni:
¿Puedo? ¡Por favor!
-Yo
la cuidaré- dijo la mujer- Y Peter está cerca.
Con
renuencia, Lali dejó ir a su hija y observó mientras la mujer la colocaba sobre
la montura. Del costado del pony, la mujer tomó una chaqueta totalmente
cubierta de rosas rosadas y se la colocó a Jenifer.
Jeni:
¡Rosas para mi!- gritó- ¡Papi me ha enviado rosas a mí también!
Lali
notó que su hija parecía estar buscando a alguien con la mirada y, con un
rápido vistazo, vio que Mario Watts se escondía tras la falda de su madre. Con
un sentimiento de culpa, Lali sacó al niño a la vista de Jenifer, que de
inmediato le sacó la lengua y le arrojó una rosa. Para aplacar su conciencia,
Lali preguntó a Mario si le gustaría caminar junto al pony de Jennifer en el
desfile, y el niño aceptó de buena gana.
Saludando
con alegría y con cierta majestuosidad, Jenifer cabalgó por la calle hacia el límite
sur de Scarlet Springs. Atrás venían más hombres y mujeres, algunos a pie,
otros a caballo, todos con trajes extraños y alegres, seguidos por una banda de
metales de siete integrantes. Al final del desfile venían más payasos, que
traían cálleles que anunciaban que en dos horas más habría una función gratis
del circo, cortesía de la señorita Jenifer Lanzani. Cuando la última persona
desapareció en la curva del camino, más allá de la iglesia, la gente permaneció
un momento en silencio.
-Creo
que será mejor que siga con mi trabajo- dijo al fin un hombre.
-¿Qué
ropa se usa para ir a un circo? —preguntó una mujer.
-Lali-
dijo alguien- Cuando te vayas, este pueblo se morirá de aburrimiento- una
risita rápidamente sofocada que sólo podía ser de Cande hizo volverse a Lali.
Cande:
¿Qué crees que esté planeando Peter ahora?
+10 SUBO OTRO HOY :)
@iamlaliter
RE TIERNO PETER
ResponderEliminarME ENCANTO EL CAPITULO
ResponderEliminarOJALA QUE BELEN SE QUEDE CON BENJAMIN
ResponderEliminarawwwwwwwwwww al comienzo me daba pena que peter no le mandaba nada a su hija despues que su papa no queria casarse con ella! jajaja mas tierna ldsjkndas!
ResponderEliminarMAS!! >d
YA QUIERO QUE APAREZCA PETER
ResponderEliminarMAS NOVEEEEEEEE
ResponderEliminarMaas noveelaaª!
ResponderEliminarAAH no seas mala y que apareza pitt!
ResponderEliminarNo se que es lo que planea, pero siempre sorprende!!! Y era mas que obvio que no se iba a olvidar de su hija!!
ResponderEliminarGracias por avisarme que subiste capitulo, espero que subas mas hoy!!
ResponderEliminarmuy buena tu novela y el capitulo espero q subas mas
ResponderEliminarJajajajja Peter esta re loco! de donde saca tantas cosas?
ResponderEliminarMuy bueno, espero el proximo capitulo!
un beso
Juli♥
@amorxca
Me encantó!! Un tierno Peter mandandole un circo y su ponyy a Jennifer, me dio pena que al principio estaba toda tristee.
ResponderEliminarQuiero que aparezca Peter!
jajaj mass novee
ResponderEliminarJENNIFER pobre estaba tna triste xk para ela no habian rosas y PETER obvio le dio mas k eso un circo.
ResponderEliminarPETER si k le hizo un gran regalo a su hija.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO