CAPITULO 68
En
cuanto Lali lo tocó, lo perdonó. Tuvo ganas de darse un puntapié por eso, pero
toda su frustración y su ira, todos sus deseos de matarlo, la abandonaron al
instante. Algo mareada, se apoyó contra él un momento. Él la tomó del mentón y
la miró a los ojos. Sin dejar de mirarla, se inclinó y la besó suavemente.
Peter:
Te he echado de menos- susurró- luego sonrió y la condujo hacia un bonito coche
para dos personas.
Lali:
Oh, Peter- fue todo lo que pudo decir Lali mientras él se sentaba a su lado,
ante lo cual Peter rió en forma seductora y puso en marcha los caballos.
Era
una noche clara, cálida, iluminada por la luna, tragante y serena. Era casi
como si Peter hubiese ordenado una noche así. Después de los últimos días, Lali
no tenía idea de lo que esperaba de él, pero no era lo que vio cuando se
detuvieron. Junto al arroyo, sobre el pasto, había una manta de terciopelo con
hebras doradas y, sobre ésta, muchos cojines de color azul oscuro y dorado.
Había copas de cristal, platos de porcelana y comida de aroma delicioso, todo
rodeado de velas protegidas por globos de vidrio opaco de un tono rosado. Era
una escena irreal, casi celestial.
Lali:
Peter...- susurró cuando la ayudó a bajar- Es hermoso.
Peter
la condujo hacia los cojines y la ayudó a acomodarse en una posición cómoda. Luego
abrió una botella de champaña frío. Cuando Lali tomó su copa, Peter se acomodó con
una mueca sobre los cojines que estaban frente a ella.
Lali:
Peter, ¿estás herido?
Peter:
Hasta el último maldito hueso- respondió, casi en un gemido- Nunca en mi vida trabajé
tanto como en estos últimos días. Espero que no necesites que siga
cortejándote- Lali quedó boquiabierta y estaba a punto de responderle, pero en
cambio bebió un sorbo de champaña, tratando de no atragantarse.
Lali:
No, creo que ya me has cortejado bastante- dijo con seriedad- Es más, creo que
nadie más en el pueblo lo necesitará
Peter:
No sigas con el tema- le advirtió, mientras se acomodaba mejor, con una mueca de
dolor- Dame algo para comer, ¿Queres?
Ordenes,
pensó Lali, pero sonrió y llenó un plato con pollo caliente, asado frío, salsa
y un budín de arroz y zanahorias.
Lali:
¿Fue difícil aprender a caminar por la cuerda?
Peter:
En tres días, sí. Con un par de días más, habría podido hacerlo sin esa vara.
Lali:
Podrías haberte tomado otro día- sugirió dulcemente.
Peter:
¿Y darte tiempo con ese pomposo inglés? A propósito, ¿que ha estado haciendo
últimamente?
Lali:
Temo que he estado demasiado atareada para fijarme en eso.
Peter
sonrió con presunción y se recostó contra los cojines prestando atención a su comida.
Peter:
Me alegraré cuando vayas a casa conmigo y pueda comer con regularidad.
Últimamente he estado comiendo con una mano y escribiendo con la otra.
Lali:
¿Escribiendo? Ah, sí, me preguntaba si habías escrito las notas personalmente.
Peter:
¿Quién más te propondría matrimonio? Bueno- dijo, sonriendo, al ver la
expresión de Lali- No quise decir eso, y lo sabes. ¿Crees que a Jenifer le
gustó el circo?
Lali:
Le encantó. Entre el pony y las rosas, creo que la hiciste la niña más feliz
del mundo- Peter parecía extasiado.
Peter:
No sabía si podría traer a ese maldito elefante a tiempo. ¡Qué animal tan
enorme! Apuesto a que dejó suficiente abono para más de dos hectáreas de maíz.
Estaba pensando en llevar un poco a casa para ver qué resultado da. Claro que
lo mejor es el abono de gallina, pero de eso no se puede sacar mucho. Tal vez
este elefante...
Se
interrumpió al oír la carcajada de Lali. La miró entrecerrando los ojos y luego
apartó la vista, ignorándola por completo.
Lali:
Peter, ¿habrá habido alguna vez alguien como vos en este mundo?- Peter le guiñó
un ojo y le sonrió.
Peter:
Estuve bien en la cuerda, ¿verdad? Ahora dame un trozo de ese pastel. ¿Crees que
Cande querrá venir a cocinar para nosotros?
Lali
no respondió mientras cortaba el pastel. En los últimos días, Peter le había propuesto
matrimonio miles de veces, pero nunca cara a cara, y no se había molestado en
esperar una respuesta. Y nunca le había dicho que la amaba. Le entregó el
pastel y elijo:
Lali:
Creo que Cande quiere hacer otras cosas, pero estoy segura de poder encontrar
una cocinera mejor que tu Malvina- Peter rió entre dientes y probó un trozo de
pastel.
Peter:
...Te hizo pasar un mal rato, ¿Verdad? Nuestra vieja cocinera murió hace seis
años y Belén nos trajo a Malvina. A mí nunca me causó problemas, pero tuvo
ciertos roces con León. Podrías haberte librado de ella, ¿sabes?
Lali:
Eso haré- respondió, con un brillo en los ojos- Estoy ansiosa por hacerlo.
Peter
guardó silencio por tanto tiempo que Lali lo miro. A la luz de la luna,
seguramente era una ilusión óptica, pero sus ojos parecían húmedos. No podía
ser, porque en esencia Lali acababa de decirle que volvería con él.
Peter:
Me alegra oír eso- dijo al fin, luego sonrió para sí y volvió a su pastel- León
puede ayudarte con lo que necesites mientras yo esté en el campo.
Lali:
Creo que podré arreglármelas. ¿Cómo es León? ¿Pasa mucho tiempo en la casa?
Peter:
Es un buen muchacho; a veces un poco terco y tengo que bajarle un poco los
humos pero en general me ayuda- Lali trató de no sonreír.
Lali:
Queres decir que expresa su opinión y se atreve a diferir contigo, y vos...
¿llegan a los puñetazos?
Peter:
¿Ves esto?- dijo, a la defensiva, señalando una diminuta cicatriz que tenía en
el mentón- Me lo hizo mi hermanito, de modo que no tienes por qué hablar como
si él llevara las de perder.
Lali:
¿Y a mí me levantarás la mano cuando me atreva a disentir?
Peter:
Jamás has estado de acuerdo conmigo y nunca te golpeé. Seguí dándome hijos como
Jenifer y siempre me complacerás. Ahora volvamos: necesito dormir.
Lali:
¿Sólo te interesan los hijos que te doy?- preguntó con seriedad.
hay no claro que no le interesa solo los ninos sino nunca la hubiera cortejado asi pero es que peter no sabe muy bien commo decir y hablar :P o beuno con las palabras adecuadas
ResponderEliminarHabía hecho todo bien... Creo que sin hablar enamora mas a Lali jajajaja
ResponderEliminarhayy ya se le fue al cuerno lo amoroso jaja
ResponderEliminarmasss noveee