CAPITULO 55

CAPITULO 55

Peter estaba apoyado en el mostrador de una casa de modas de Richmond, esperando con paciencia mientras Belén se probaba otro vestido.

Belén: ¿Qué te parece éste, cariño?- le preguntó, al salir del vestidor. El vestido de muselina color herrumbre dejaba muy poco de sus grandes pechos librado a la imaginación- No es muy osado, ¿o sí?- prosiguió en voz baja, mientras se acercaba a él y le acariciaba el pecho.

Peter: Es bonito- respondió, impaciente- ¿No has comprado ya suficientes? Quisiera llegar a casa antes del anochecer.

Belén: ¡A casa!- protestó, frunciendo los labios- Casi no sales de esa plantación. Antes me llevabas a bailar. Antes... hacías muchas cosas conmigo- Peter apartó las manos de Belén de su pecho y la miró con fatiga.

Peter: Entonces no era un hombre casado.

Belén: ¡Casado! ¡Tu esposa te abandonó! Demostró que no te quería. ¿Qué otro hombre sigue fiel a su esposa, esté con ella o no?

Peter: ¿Desde cuándo soy como los demás?- replicó, con una mirada de advertencia.

Ya habían discutido eso muchas veces. El tintineo de las campanillas al abrirse la puerta de la tienda interrumpió las siguientes palabras de Belén. Ambos se volvieron y vieron entrar a Julia Calvo. Era vecina y amiga de la familia de Peter.

Julia: Me pareció verte, Peter- dijo alegremente- Belén- la saludó con frialdad, sin ocultar su opinión del asedio de Belén a un hombre casado.

Julia no conocía a Lali pero tenía referencias de ella por parte de Rochi, la esposa de Pablo dado que conocía a Peter desde hacía muchos años, creía saber por qué había huido Lali.

Julia: Acaba de suceder algo muy curioso, yo estaba en la iglesia, entregando flores frescas para el domingo y un hombre de bastante mal aspecto empezó a hacer preguntas sobre ti.

Peter: Tal vez esté buscando trabajo- supuso, sin darle importancia.

Julia: Yo también pensé eso al principio y aunque no estaba prestando atención, juraría que lo oí mencionar a Lali- al instante, Peter se incorporó.

Peter: ¿Lali?- susurró.

Julio: Pensé esperar a que el pastor terminara pero tenía miedo de que te marcharas antes.

Sin una palabra más, Peter salió de la tienda, subió a un carruaje y apuró a los caballos para que se dieran prisa.

Belén: ¡Maldición!- exclamó con vehemencia- Tenías que venir a arruinarme el día.

Julia: Lo siento mucho- respondió con una radiante sonrisa mientras Belán regresaba, airada, al vestidor.

Julia se volvió hacia la ventana y rezó en silencio por que Peter lograra averiguar algo sobre su esposa. Antes de que los caballos se detuvieran por completo, Peter saltó del carruaje frente a la iglesia. En ese instante salía un hombre que parecía haberse pasado la vida bebiendo. Peter, que nunca había sido muy dado a las formalidades y estaba demasiado alterado para pensar en las consecuencias, aferró al hombre por la camisa y lo arrinconó contra la pared de madera.

Peter: ¿Quién sos?

-Yo no hice nada, señor y no tengo dinero- Peter lo empujó más contra la pared.

Peter: ¿Sos vos quien anda haciendo preguntas sobre mí?- el hombre hizo una mueca de dolor, se afanaba por respirar con la presión del puño de Peter en su garganta.

-El me pagó, yo tenía que averiguar si usted estaba vivo o no.

Peter: Será mejor que empieces a hablar. ¿Quién te pagó?

-Un inglés muy elegante. No sé cómo se llama, dijo que era amigo suyo pero que le habían dicho que usted estaba muerto, entonces me pagó para que averiguara cuándo había muerto- Peter apretó con más fuerza la garganta del hombre.

Peter: Mencionaste a Lali- el hombre lo miró, confundido.

-Dije que él se alojaba en el hotel de Lali- por un momento, Peter disminuyó la presión.

Peter: ¿Qué Lali? ¿Y dónde está ese hotel?

-En Scarlet Spring y es Mariana ‘Lali’ Lanzani, como usted. Le pregunté al predicador si estaban emparentados- al instante, Peter soltó al hombre y tuvo que sostenerse para no desplomarse.

Peter: Subí al carruaje. Iremos a Scarlet Springs y por el camino hablarás.

Antes de que el hombre alcanzara a sentarse, Peter hizo arrancar a los caballos. Al pasar a toda velocidad frente a la tienda donde estaba Belén, ni siquiera aminoró la marcha. Se detuvo frente a la caballeriza.

Peter: ¡Marcos!- llamó- Dame una carreta decente, algo que soporte un viaje largo. Y toma esto- agregó al tiempo que arrojaba dinero sobre el asiento- Devuelve este coche a su dueño- Marcos apenas levantó la vista.

Marcos: Si tenés prisa, será mejor que te pongas en marcha, me parece que se aproxima tormenta- dijo, y señaló con la cabeza en la dirección en la que se acercaba Belén, muy furiosa.

CONTINUARÁ...

En el próximo #ReencuentroLaliter  

@iamlaliter