domingo, 12 de febrero de 2012

CAPITULO 27




CAPITULO 27

Lali: ¿Debo aceptar ese insulto sin una palabra? El hecho de que me obligues a mantener esta relación indecente no significa que otro hombre también pueda hacerlo, ni que yo lo intente. Peter se apartó de ella, se quitó la camisa y empezó a lavarse.

Peter: Es bueno saber que ese cachorro no ha tratado de tomar lo que es mío. No es que pudiera hacerlo, claro pero me gusta estar seguro.

Lali: ¡Eres insufrible! ¡Y no soy tuya!- Peter se limitó a sonreír con confianza.

Peter: ¿Quieres que te demuestre que sos mía?

Lali: No te pertenezco- replicó, retrocediendo- Sé cuidarme sola.

Peter: Mmm... - sonrió y se le acercó. Con sensualidad, comenzó a recorrer con un dedo el brazo de Lali y al ver vacilar la mirada firme de la muchacha, entrecerró los ojos- ¿Acaso ese chico puede hacerte estremecer con un solo dedo?- Lali se apartó.

Lali: Gastón es un caballero. Hablamos de música y de libros, cosas de las que tú no sabes nada. Su familia es una de las más antiguas de Inglaterra y yo disfruto con su compañía- Enderezó los hombros- Y no permitiré que tus celos arruinen mi amistad con él.

Peter: ¿Celos?- rió- Si tuviera celos, sería de alguien que tuviera algo más que ese imberbe- se puso serio- Pero creo que el muchacho empieza a mirarte con otros ojos y pienso que no deberías verlo tanto.

Lali: ¿Qué no debería...? ¿Acaso no hay parte de mi vida que no trates de controlar?- se calmó y prosiguió- Soy una mujer libre y cuando llegue a América pienso hacer uso de mi libertad. Estoy segura de que Gastón es la clase de hombre que querría casarse y no trataría de... esclavizar a una mujer- con calma, Peter apoyó una mano en el hombro de Lali.

Peter: ¿Realmente te gustaría cambiarme por un chico y un anillo de oro?- se inclinó para besarla pero ella se apartó.

Lali: Tal vez me gustaría intentarlo- murmuró- Los hombres no pueden ser tan diferentes. Si Gastón me amara, quizá podríamos ser compatibles en la cama matrimonial- Peter la aferró por los hombros con brutalidad.

Peter: Si ese chico llega a tocarte, le romperé todos los huesos... y en tu presencia.

Le dio un empellón y se marchó de un portazo. Lali pasó la noche sola. Se resistía a admitir cuánto extrañaba a Peter, lo sola que se sentía sin sus brazos. Durante toda la noche dio vueltas en la cama, tratando de no llorar, tratando de no tener miedo. Por la mañana tenía ojeras y por primera vez, Sarah no le hizo preguntas. Ambas se pusieron a coser en silencio. Cerca de la caída del sol, Gastón llamó a la puerta y preguntó si Lali desearía caminar con él.

En cubierta, Lali parecía incapaz de ver otra cosa que a Peter y éste nunca la miraba. La enfurecía que Peter la ignorara, y en consecuencia volcó toda su atención hacia Gastón, que se quejaba de la duración del viaje y de la comida. Al ver que la mirada de Lali pasaba del desinterés a la adoración, dejó de hablar y la miró.

Gas: Hoy estás más encantadora que nunca- susurró- El sol arranca a tu cabello un tono castaño rojizo- justo en ese momento Peter pasaba cerca de ellos, con un gran trozo de vela sobre el hombro.

Lali: Gracias, Gas- dijo en voz demasiado alta- Tus cumplidos hacen que una mujer se sienta como una reina. No recuerdo haberme sentido tan halagada.

Si la oyó, Peter no se inmutó, pasó a su lado sin siquiera aminorar el paso. Esa noche volvió a estar sola. Ansiaba demostrar a Peter que no le importaba su abandono. Quería probarle que podía hacer cosas por propia cuenta. Por eso, en el transcurso de los días, comenzó a flirtear con Gastón más y más abiertamente, siempre cuando Peter estaba cerca.

AI caer la noche del tercer día, Gastón la acompañó a su camarote y en lugar de la despedida amistosa de siempre, la tomó en sus brazos con ferocidad.

Gas: Lali- le susurró al oído- debes saber que te amo. Te amé desde el principio, pero paso todas las noches solo mientras ese... ese animal tiene derecho a tocarte. Lali, mi amor, dime que sientes lo mismo por mí- con gran sorpresa, Lali descubrió que el abrazo y los besos de Gastón le resultaban repulsivos. Lo empujó, tratando de liberarse.

Lali: ¡Soy una mujer casada!- protestó.

Gas: Casada con un hombre que no es digno de besar el dobladillo de tu vestido. Mantendremos nuestro amor en secreto hasta que lleguemos y entonces haremos anular tu matrimonio. No puedes pasar toda tu vida con ese marinero pobre. Ven conmigo y te construiré una casa como nunca se ha visto en ese atrasado país.

Lali: ¡Gastón!- insistió, forcejeando- ¡Suéltame ahora mismo!

Gas: No, mi amor. Si tú no tienes el coraje de decírselo, lo haré yo.

Lali: ¡No, por favor, no!

De pronto comprendió que Peter estaba en lo cierto. Ella no quería a Gastón y lo había usado para causarle celos. Gastón la obligó a mirarlo y le cubrió la cara de besos calientes, húmedos y sofocantes, mientras Lali se retorcía tratando de huir. En un abrir y cerrar de ojos, Gastón pareció volar por el aire. Atónita e incrédula, Lali observó cómo el puño de Peter daba de lleno en la cara de Gastón y lo aplastaba contra la pared. Gastón cayó al suelo, inconsciente y Peter volvió a levantar el puño. De un salto, Lali lo aferró del brazo y se colgó de él.

Lali: ¡No!- gritó- ¡Vas a matarlo!- el rostro de Peter era una distorsión de su semblante habitual. Tenía los ojos enardecidos, negros de furia, y la boca en un rictus de ira. Lali se apartó con temor.

Peter: ¿Conseguiste lo que buscabas?- gruñó, con el ceño fruncido.

 CONTINUARÁ...

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