CAPITULO 43

CAPITULO 43

Con la frente alta, Lali atravesó el vestíbulo adornado con flores, salió por la puerta trasera, giró hacia la izquierda y se encaminó a la cocina, que estaba en un edificio separado. En la gran habitación todos estaban atareados, y Pablo, con los brazos cubiertos de harina, lo dirigía todo. Cuando una muchachita dejó caer sin querer una cesta con huevos, con cascara todo, en un bol con masa, Rochi no se enfadó. Dos niños, con ropa sencilla pero limpia, pasaron corriendo y Rochi atrapó un cubo de leche justo a tiempo para que no se derramara. Aun mientras lo enderezaba, levantó la vista, vio a Lali y sonrió con calidez. Se limpió las manos en el delantal y se adelantó.

Rochi: Lamento haber tenido que dejarte pero quería que se preparara una buena cena para ustedes.

Lali: ¿Esto siempre es así?- preguntó un poco horrorizada.

Rochi: Casi siempre. Hay muchísima gente que alimentar- empezó a quitarse el delantal- Necesito cortar algunas hierbas y tal vez te gustaría dar un paseo antes de la cena, si no estás demasiado cansada.

Lali: Dormí la mayor parte del viaje- respondió con una sonrisa- Y me encantaría ver la... plantación.

Más tarde, Lali pensó que nada podría haberla preparado para todo lo que le mostró Rochi. Un hombre les preparó una carreta de dos ruedas y Rochi la condujo por la plantación, mientras le señalaba cada una de las dependencias. Lali había estado en lo cierto en su primera impresión. La plantación era una especie de pueblo, sólo que tenía un solo dueño. Casi todo lo necesario para vivir se hacia, se cultivaba, se pescaba o se cazaba allí. Rochi le mostró la granja, el palomar, los establos, la curtiembre y la carpintería y alrededor de la cocina había un ahumadero y un lavadero.

Rocio le mostró las muchas hectáreas de campos de algodón, lino, trigo y tabaco. Al otro lado del río, había un molino donde se molían los granos. Vacas, ovejas y caballos pastaban en áreas separadas.

Peter: ¿Y tú manejas todo esto?- preguntó, asombrada.

Rochi: Pablo ayuda un poco- respondió, riendo- pero, sí, es mucho trabajo. No salimos mucho, pero tampoco necesitamos hacerlo puesto que aquí tenemos todo lo necesario.

Lali: Eres muy feliz, ¿verdad?

Rochi: Ahora si, pero no siempre fue fácil- miró hacia el molino, al otro lado del río- Pablo y Peter son amigos desde la infancia, y espero que nosotras también seamos amigas.

Lali: Nunca he tenido una amiga- dijo, mirando a aquella mujer. No tenían idea de lo llamativas que resultaban, Rochi con su cabello rubio y Lali con el suyo, castaño oscuro con reflejos dorados rojizos.

Rochi: Yo tampoco, no una verdadera amiga con quien pudiera hablar- con una sonrisa agitó las riendas y el caballo se puso en marcha- Algún día, cuando tengamos mucho tiempo, te contaré cómo conocí a Pablo.

Lali se ruborizó, pensando que ella jamás podría contar a nadie cómo había conocido a Peter. En primer lugar, nadie se lo creería.

Rochi: Tengo apetito, ¿y vos?- comentó- Y creo que mis bebés deben de tener un hambre atroz.

Lali: Y, sin duda, Peter también- agregó, riendo.

…

Pablo: ¿Es tan joven como parece?- preguntó, acunando a su hijo en brazos y mirando por la ventana a Rocio y Lali, que se alejaban en el coche.

Peter: ¿Me creerás si te digo que no sé cuántos anos tiene? Y eso es algo que temo preguntarle.

Imagínate si resultara tener dieciséis.

Pablo: Peter, ¿de qué demonios hablas? ¿Cómo la conociste? ¿No pudiste preguntar su edad a sus padres?

Peter no tenía intenciones de confiar esa historia a nadie. Años atrás, cuando el hermano mayor de Pablo, Lucas, vivía, habría podido confiar en él pero ahora no podía revelar que había secuestrado a su esposa.

Pablo pareció entenderlo, pues había cosas que él tampoco quería revelar acerca de sí mismo... y de lo que había ocurrido entre él y Rocio.

Pablo: ¿Siempre es tan callada? No quiero ser entrometido, pero ustedes dos parecen una pareja incongruente.

Peter: Sabe defender lo suyo- respondió, sonriendo, con un brillo en los ojos- A decir verdad, no sé cómo es. Parece cambiar a cada instante. En un momento es una persona romántica y luego... - se interrumpió al recordar esa mañana, cuando hacían el amor- Sea como sea, me resulta fascinante.

Pablo: ¿Y Belén? No creo que se ponga muy contenta cuando se entere de tu matrimonio.

Peter: Puedo encargarme de ella- viejos recuerdos, no del todo curados, ensombrecieron los ojos de Pablo.

Pablo: Protege a tu esposa de ella. Una mujer como Belén se desayuna con bocadillos dulces como Lali. Yo lo sé- agregó en voz baja.

Peter: Belén no puede hacer nada y yo se lo haré saber. Estaré allí para proteger a mi esposa y Lali sabe lo que siento por ella. Me casé con ella, ¿no es así?

Pablo no dijo más. En una ocasión le habían dado consejos y él no los había escuchado, y sabía con qué facilidad se podían hacer los votos matrimoniales... y quebrantarlos. Esa noche, cuando Lali se acostó junto a su esposo en la cama, le contó algunas de sus impresiones del día.

Lali: No sabía que existiera algo así. Es como si Pablo y Rocio fueran dueños de todo un pueblo- Peter la atrajo hacia sí.

Peter: Entonces ¿te gusta nuestro sistema de plantaciones?- murmuró, somnoliento.

Lali: Claro que sí, pero me alegra que no haya muchas No entiendo cómo Rocio puede ocuparse de un lugar así. Gracias al cielo, tú no eres más que un granjero pobre.

Al no recibir respuesta, miró a Peter y vio que estaba dormido. Sonrió, se acurrucó contra él y se durmió plácidamente.

Al día siguiente, la despedida fue sorprendentemente difícil. Rochi prometió visitar a Lali muy pronto y ayudarla en lo que pudiera. Pablo y Peter comentaron la cosecha de ese año y subieron al pequeño bote y se dirigieron río arriba.

Lali estaba entusiasmada por ver dónde vivía Peter y se preguntó si el lugar sería tan grande, agreste y rudo como él. Esperaba poder retinar su hogar, como esperaba también refinado a él.

Después de navegar lenta y plácidamente por un tiempo, llegaron a otro claro en la arboleda. A la distancia se veía un enorme muelle con más barcos.

Lali: No es otra plantación, ¿o sí?- preguntó, acercándose a Peter. Aquello parecía mucho mayor que el hogar de Pablo, de modo que debía de ser una ciudad.

Peter: ¡Claro que lo es!- respondió con una sonrisa.

Lali: ¿Conoces a los dueños de este sitio?

Al acercarse, Lali vio que aquella plantación parecía una versión aumentada de la de Pablo. Junto al muelle había un edificio tan grande como la casa de Pablo.

Lali: ¿Qué es eso?

Peter: Es el depósito del barco. Allí los capitanes pueden reparar velas y otras cosas, y se almacenan los artículos para ser transportados.

Había tres botes pequeños amarrados al muelle, dos barcazas y cuatro chalupas, según indicó Peter. Lali vio con sorpresa que Peter dirigía el bote hacia ese muelle.

Lali: Pensé que Íbamos a casa- dijo, consternada- ¿Querés ver a algún amigo aquí?

Peter saltó a tierra y la ayudó a hacer lo mismo antes de que la muchacha pudiera decir otra palabra. La tomó por el mentón y la hizo mirarlo.

Peter: Esto- dijo suavemente, mirándola a los ojos- es mi plantación.

CONTINUARÁ...

Capitulo dedicado a las que firmaron y a las del twitter tambien :)