CAPITULO 9
Lali:
Frío, frío- respondió con aire presumido
Peter
rió, porque los ojos de la muchacha le indicaron que no estaba tan lejos de la
verdad pero la risa disimuló lo que realmente sentía. Lo enfurecía pensar que
alguien pudiera arrojar a la calle a una muchachita pura, vestida sólo con su
camisón. Tal vez podía haber ocurrido en un momento acalorado, pero ¿cómo era
posible que dejaran pasar varios días sin buscarla?
Peter:
Estaba pensando que, ya que no parece haber motivos para que te quedes en
Inglaterra, quizá deberías venir conmigo a América.
Lali:
¡¿Qué?!- exclamó atónita- América está llena de salvajes y analfabetos que viven
en cabañas de troncos. ¿Qué hay allá sino indios y animales horribles, para no mencionar
el salvajismo de la gente? No, de ninguna manera iré a ese sitio tan primitivo-
los ojos de Peter perdieron rápidamente el buen humor. Se puso de pie y se dirigió
a ella.
Peter:
¡Maldita inglesa! Tengo que soportar eso todo el día con tus "caballerosos"
compatriotas. Me rechazan porque no les gusta mi forma de hablar o mi ropa, o
porque tenían algún pariente que murió en una guerra que ocurrió cuando yo era
pequeño. Me estoy hartando de que me miren como si fuera algo sucio y no pienso
tolerarlo en vos- Lali retrocedió y levantó una mano para protegerse- Ya me he
contenido bastante contigo. De ahora en adelante, harás lo que te diga. Si dejara
a una niña como tú sola aquí, cuando es obvio que no tienes un solo amigo en el
mundo, no podría volver a dormir en paz. No pienso aburrirte hablando de cómo
es América, dado que tienes ideas tan claras al respecto pero al menos, en mi
país no expulsamos a las niñas sólo porque sean desobedientes. Cuando lleguemos
podrás elegir qué hacer... algo más adecuado para una "dama" inglesa
que convertirte en callejera, pues ésa sería tu única posibilidad si te
quedaras aquí- la miró con furia- ¿Está claro?- sin darle tiempo a responder,
se marchó con un portazo y echó llave a la puerta.
Lali:
Sí, Peter- susurró en la habitación vacía.
Se
alegró de que Peter se hubiese marchado pues le resultaba imposible pensar en
su presencia. Al menos, si lograba enfurecerlo lo suficiente, tal vez no la
obligaría a hacer esas cosas horribles en la cama y si lo provocaba, quizá la
dejaría ir. Sonriendo, se sentó y comenzó a imaginar su fuga, lo estupendo que
sería escapar de aquel americano rústico.
¡Qué
idea!, pensó. ¡Llevarla a América! Se acomodó en la silla, se cubrió con una
manta y empezó a fantasear sobre el lugar horrible que debía de ser América.
Recordó lo que le había contado una criada cuyo hermano había viajado allá y
regresado con historias espeluznantes, todas las cuales le habían sido
relatadas a ella con lujo de detalles.
A
medida que la vela se consumía y la habitación se sumía en la oscuridad,
comenzó a mirar hacia la puerta, preguntándose cuándo volvería Peter. En un
momento, ya avanzada la noche, dejó su silla, se acostó en la cama grande y
fría, y acomodó las almohadas para recostarse contra ellas. No era lo mismo que
recostarse contra su cuerpo grande y tibio pero al menos ayudaba.
Por
la mañana tenía jaqueca y estaba de mal humor. La enfurecía el hecho de que el americano
la hubiese dejado sola y desprotegida toda la noche, a merced de cualquiera que
pudiera conseguir la llave cíe su habitación. En un momento él hablaba de lo
mucho que iba a cuidarla y luego la abandonaba a su suerte.
Sus
cavilaciones se interrumpieron cuando alguien llamó a la puerta y luego la
abrió. Lali cruzó los brazos sobre el pecho y levantó la frente, preparándose
para hacer saber a Peter que su abandono no la había afectado pero en lugar de
la voz profunda de Peter oyó risas de mujeres. Lali se volvió y quedó
boquiabierta al ver a tres mujeres que entraban cargando grandes libros y
varios cestos.
-¿Es
usted madeimoselle Lali?
CONTINUARÁ…
graaciaass por continuar con laa nove :D
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